miércoles, 23 de septiembre de 2009

Blancos y Rosados: Por un cupo para las minorías!

/
Hasta ahora, decía (digo) que no tomo blancos ni rosados porque no me gustan y me caen mal.

En realidad, creo que tras esta postura defensiva escondo otra más desafiante: "no tomo blancos ni rosados porque eso es de niñas y yo soy bien varón y juego a la pelota y tomo sólo tinto".

Esto que voy a decir, tiene un único destinatario
(yo mismo):

Dani, ha llegado la hora de abrir la cabeza.
Y las papilas.

De abandonar prejuicios, trabajar sensaciones menos conocidas y explorar esa otra parte del mundo (vínico) que te estás perdiendo.
Porque seguramente te estás perdiendo algo.

Está bien que en invierno "no llama" tanto.
Pero justamente: esta semana empezó la primavera.
Buen momento para cambiar.

Empezaré a probar más blancos & rosados. Aunque francamente me gusten más los tintos.

Y qué?
Muchas cosas alguna vez no me gustaron: el jamón crudo (muy salado), el mate amargo (muy amargo), las aceitunas (muy... aceitunas). Y ahora me gustan.

Así que dejaré de discriminarlos.

Como el verano pasado, que tomé Quara Torrontés y Mounier Rosado (qué cosa: ambos salteños!) y estaban buenos... sí, sí.

Estaban buenos. Claro que sí; cómo no.

Desde ya, acepto sugerencias, recomendaciones, consejos. Muchas gracias.
/

2 comentarios:

  1. Daniel, me hacés reír: decís "estaban buenos, sí sí"... como autoconvenciéndote a vos mismo.

    A veces es necesario probar y volver a probar ciertas comidas o bebidas para encontrarle el sabor, "la gracia" que los hace únicos y distintivos. Sobre todo, aquello que es de una identidad fuerte y que uno se acostumbra de una sola vez a disfrutarlo: el mate amargo, el jamón tan salado, cierta mezcla de sabores, lo muy picantísimo, o el carácter huraño de alguna gente... jaaa! (ya pasamos a otros ámbitos,a veces pasa, la escritura es taaan autorreferencial).

    Buenísimo post. Avanti el blanco & el rosé. Por un mundo rosa, bien rosa, como la pantera. Rosa, se entiende...

    ResponderEliminar
  2. Grazia, Vero! Después, si me va bien, avanzo con el champagne: ese sí me pega en las neuronas. Pero será cuestión de domar el asunto...

    ResponderEliminar