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Uno de estos viernes proximopasados fue mi cumple.Tuve un día ocupado en trámites céntricos y no tenía organizado festejo alguno.
En realidad, sí tenía: comprada & guardada una botella de Rutini Merlot 2005.
Una marca de estilo afrancesado, un varietal bien francés y una etiqueta de francesísimo diseño, podrán apreciar.
Entonces, antes de emprender el regreso a casa, pasé por un "Al queso, queso" y compré una de esas picadas que proponen, bastante interesantes por cierto. Cuál elegí? La "francesa" (claro, las tienen tematizadas!).
Llegué hacia la noche, con lluvia y sin luz.
De manera que no soplé las velitas para no quedarnos a oscuras. Pero celebré una verdadera fiesta con mis nobles invitados: leber artesanal, queso sangre azul, olivas rellenas, jamones y baguettes. Y con los gratísimos oficios del animador principal:
el mencionado Monsieur Rutiní.
Un vino que, en realidad, ya me había prometido repetir desde que lo experimenté en el "Restó" (de la Sociedad Central de Arquitectos, excelente lugar) en un inolvidable menú por pasos (donde el sommelier propone una copa de vino acorde a cada plato).
Rutini Merlot es quizá el más representativo, logrado y mimado de esta línea de vinos de Bodega La Rural.
De estilo francés, como dije, pero a la vez actual.
Frutado, como buen merlot, sin dejar de evidenciar su maduración en barricas.
Si le hubiera dedicado media hora de aireación, él hubiera entregado más.
Pero, una vez abierto, la debilidad venció a la virtud.