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San Martín cruzó Los Andes, Sarmiento fundó escuelas y en Mendoza se hace vino. Todo eso lo sabemos bien. Desde chicos. (En el tema de los vinos habría que agregar a San Juan, gracias a la propaganda de Re-se-ro-blan-co... san-juaniiinooo!).
Lo que tuvimos que ir sabiendo luego, a medida que fuimos creciendo, es que también se hacen vinos en Salta y La Rioja, para el norte, y en Río Negro y Neuquén, tirando al sur.
En Salta, la verdad, es difícil encontrar vino que no sea bueno; será el clima, el suelo, la altura... no sé. Pero tenemos el torrontés que tantas satisfacciones promete darnos en el mundo, y tintos robustos -tannat, syrah... anche malbec!- tan gauchos en la faena, a la hora de domar un patriótico asado.
En las provincias patagónicas -en rigor, del Comahue- se está haciendo un trabajo conjunto interesante para posicionar a la región, con el Pinot Noir y el Merlot como sus exponentes más refinados.
Ahora bien, lo que tal vez muchos aún no saben, es que hay otras provincias donde también se está haciendo vino, y por cierto muy bueno.
En Catamarca, por ejemplo, donde hace un par de años surgieron los Don Diego, unos vinos espectaculares (specially syrah) que casi coquetearon con lo fashion (guarda! que si hoy estás de moda, mañana estás demodé...) y El Deseo (también syrah, fijaos), vinos riquísimos que conocí este año.
Si digo La Pampa, muchos se sorprenderán. Y efectivamente,
Bodega del Desierto sorprende con unos vinos bien interesantes, con un amplio portfolio de varietales donde sobresalen el cabernet franc, el syrah y el merlot.
Finalmente, sepanlón, en Buenos Aires se está vinificando muy bien,
y no hablo del vino de la costa.
Me refiero a AlEste (esta vez no es un jugueteo mío: se escribe así todojunto). Una bodega joven & moderna de la localidad de Médanos, cerca de Bahía Blanca y más cerca aún del mar.
Conocí alguno de sus vinos el año pasado (AlEste Cabernet-Malbec) cuya personalidad me gratificó francamente: bien estructurado, tánico, dulzón, largo.
De manera que podemos cerrar este post con otra máxima de nuestra educación colectiva (lamentablemente, no siempre ilustrada con buenos ejemplos): "Argentina... país generoso."
Al menos, en vinos, es así nomás. Qué bueno.